¿Qué es la resistencia al cambio? ¿Tiene relación con las emociones?
La resistencia al cambio se refiere a la tendencia de una persona a mantenerse en su zona de confort (1) y evitar cualquier cambio en su vida, incluso si ese cambio pudiera ser positivo.
La resistencia al cambio puede ser causada por varias razones, como el miedo a lo desconocido, la falta de confianza en las propias habilidades y/o la comodidad de la rutina.
Según la clasificación del Dr. Paul Ekman, la resistencia al cambio podría estar relacionada con varias emociones, dependiendo de la persona y la situación específica. Por ejemplo, las emociones que podrían estar relacionadas con la resistencia al cambio serian:
· el miedo (a lo desconocido).
· la tristeza (por dejar atrás algo conocido).
· el disgusto (por la idea de tener que cambiar)
· la ira (por sentirse forzado a cambiar).
Es importante destacar que estas emociones no necesariamente son negativas en sí mismas, y que la resistencia al cambio puede ser una respuesta natural y comprensible ante ciertas situaciones. Sin embargo, si la resistencia al cambio se vuelve demasiado fuerte y obstaculiza el crecimiento personal y/o profesional, puede ser útil trabajar en superarla, mediante la adopción de nuevas habilidades o estrategias de afrontamiento.
El afrontamiento es el proceso cognitivo y conductual que una persona utiliza para hacer frente a una situación estresante o amenazante. Se refiere a las estrategias que se utilizan para manejar los problemas y las emociones negativas asociadas con ellos, con el objetivo de reducir el estrés y mejorar el bienestar emocional y físico. El afrontamiento puede implicar el uso de diferentes estrategias, como la resolución de problemas, el apoyo social, la reevaluación cognitiva, la relajación y la distracción, entre otras.
Habilidades como la flexibilidad y la adaptabilidad son requeridas para poder gestionar contextos complejos, dinámicos y en permanente cambio. Son aspectos que las organizaciones procuran que el talento cada vez más tenga disponible. En una vida en constante movimiento, necesitamos recursos variados a los que denominamos Power Skills ®, habilidades perennes, que se utilizan transversalmente.
(1) La zona de confort es un estado mental en el que una persona se siente segura, cómoda y sin estrés. Se trata de un lugar o situación con la cual la persona está familiarizada y donde sabe qué esperar. En esta zona, no tiene que enfrentarse a retos o situaciones desconocidas, lo que la puede llevar a estancarse o sentirse limitada en su crecimiento personal y profesional. La zona de confort puede ser tanto física como psicológica, y puede impedir a una persona salir de dicho ámbito para enfrentar nuevos desafíos y oportunidades de aprendizaje.
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